ES
Ravaleart: pintar para crear nuevas sinergias
Durante tres semanas, entre los meses de junio y julio de 2024, Street Art Barcelona organizó la primera edición de su evento RavaleArt, un proyecto sociocultural de gran envergadura pensado para dar un nuevo color y resignificación a las persianas bajadas de diferentes callejones del Raval.
La historia dio comienzo en 2023, cuando Morcky, un artista muy vinculado a Street Art Barcelona, tuvo la idea de organizar una jornada con sus compañeros para repintar las persianas metálicas de la calle Santa Madrona, una de las más degradadas del Raval. La iniciativa no tardó en llegar a oídos del equipo de la asociación, quienes le ofrecieron su apoyo y le sugirieron que pidiera permiso al ayuntamiento, en vez de intervenir de manera informal. Pues el artista ya contaba con el acuerdo de los vecinos, contentos de que alguien se interese en dar un aire nuevo a la calle.
Finalmente, dado el entusiasmo general, el Ayuntamiento accedió a la petición y la jornada se llevó a cabo a las mil maravillas, fomentando interacciones entre vecines y artistes.
Tras el éxito de esta iniciativa popular, surgió la idea de repetir la experiencia, esta vez a escala de barrio. Para el equipo de Street Art Barcelona, este cambio de escala supuso también un cambio de ritmo. Una vez finalizada la experiencia piloto de 24 horas, la asociación decidió bajar el ritmo para desarrollar en detalle los aspectos comunitarios y sociales del proyecto. Para esta ocasión, la asociación involucró a Colectic, una cooperativa local dedicada a la formación en nuevas tecnologías, la cual se ofreció a formar a un grupo de jóvenes del barrio en el uso del vídeo como herramienta social para conocer las inquietudes e intereses del vecindario.
Pensar los futuros murales juntes aludiendo a la historia
Esta primera etapa del proyecto está pensada para alimentar la segunda: la creación de murales temáticos en diez persianas emblemáticas del barrio.
La asociación de comerciantes de la zona acogió a vecines y artistas para analizar juntos los vídeos y afinar los bocetos de los futuros murales. Les diez artistas elegides dentro del escenario local se apropiaron de los temas propuestos con estilos muy variados. Tropidelia ideó un taller de collage para esbozar con un grupo de niñes la identidad múltiple del barrio. Kamil Escruela, mientras tanto, creó un mural de aire juvenil en la fachada del centro de día «El Millenari», que acoge día tras día a personas mayores del Raval para ofrecerles diversas actividades.
En otras persianas se puede descubrir el legado de los últimos bares de marineros del barrio, el feminismo tal y como se practica en el Raval, la multiculturalidad y la convivencia, que son los puntos fuertes de la zona, sin olvidar el homenaje que se rinde a la histórica lucha obrera de las tres chimeneas, que en 1919 propició la primera jornada laboral de ocho horas en el mundo. Estas propuestas de diálogo con los vecinos se inscriben en el marco más amplio de la convocatoria de proyectos lanzada por Street Art Barcelona para la tercera fase del proyecto RavaleArt: «Justicia global».
En respuesta a esta convocatoria, al menos 35 artistas de Madrid, Valencia, Sevilla y del otro lado de los Pirineos acudieron a pintar las persianas, interpretando este leitmotiv con gran libertad. Algunes incluso trajeron a sus amigues a participar.
El 28 de junio, día de la inauguración, todes se reunieron en torno a una paella comunitaria, al son de les DJ del nuevo bar de hip-hop del barrio, The Station. Vecines y amantes del arte acudieron en masa a ver a les artistes pintar en directo ese día, tanto que parecía un festival improvisado. Se fueron encantados por la calidad de los murales, no sólo por su atractivo estético, sino también porque dicen algo de la riqueza humana del barrio, sin ocultar las realidades crudas que lo atraviesan. El hecho de que los murales sigan intactos dos meses después es una prueba de su éxito.
Desplazar la mirada tomando en cuenta la realidad
El Raval cuenta con el tejido asociativo más denso de Barcelona, pero también es un barrio portuario histórico con una reputación sulfurosa. Esta imagen negativa, que se extiende más allá de las estrechas calles del Raval, contribuye al sentimiento de estigmatización que experimentan sus residentes. A su vez, mientras algunas zonas siguen apreciadas desde hace años por turistas y locales debido a su intensa vida nocturna, el empobrecimiento de la parte sur del distrito deja vía libre a tráficos de todo tipo. Una de las fuertes reivindicaciones de les vecines al inicio del proyecto fue transformar la plaza conocida como «El Triángulo de la Miseria», a dos pasos de la narcosala del distrito. Así, se pintó un mural en el suelo para materializar este triángulo, dándole una perspectiva anamórfica en la que las formas geométricas cambiarían según su ángulo de visión.
Evidentemente, un poco de chapa y pintura no solucionará los problemas sociales y de abandono que sufre el barrio, pero cada grano de arena cuenta para devolver el color y la visibilidad a las reivindicaciones populares. Además, este recorrido crea otros puntos de interés en la ciudad para miradas curiosas, abriendo nuevas rutas de exploración.
Street Art Barcelona ofrece visitas guiadas a medida con éxito. Recientemente, las visitas guiadas más turísticas también han ajustado ligeramente su itinerario para no perderse las obras maestras del barrio.
Los poderes públicos son conscientes de que el poder transformador del arte callejero puede ser un buen caballo de Troya para favorecer la gentrificación de las zonas más desfavorecidas. El equipo de Street Art Barcelona entiende que el Raval pueda beneficiarse de estas nuevas dinámicas, pero sin bajar la guardia para que no se convierta en el nuevo Wynwood de Miami. En este sentido, la próxima edición de RavaleArt seguirá construyendo sus proyectos en estrecha colaboración con el vecindario, sin perder de vista la esencia que hace de este barrio un lugar tan especial.
Flora Beillouin
EN
Ravaleart: painting to create new synergies
From June to July 2024, Street Art Barcelona organized the first edition of its event RavaleArt over three weeks. This socio-cultural project aimed to bring color and meaning back to the closed shutters scattered throughout the narrow streets of the Raval neighborhood.
The story begins in 2023, when Morcky, an artist close to Street Art Barcelona, came up with the idea of organizing a day with friends to repaint the metal shutters on Santa Madrona Street, one of the most impoverished in Raval. The initiative quickly caught the attention of the association’s team, who offered their support and suggested that Morcky seek permission from the city hall rather than doing it without approval. After all, the artist already had the neighbors’ agreement, who welcomed the idea of a refresh. With the general enthusiasm, the city hall granted the request, and the day unfolded perfectly, fostering interactions between residents and artists.
Seeing the widespread success of this grassroots initiative, the idea arose to repeat the experience on a larger scale, this time across the whole neighborhood. For the Street Art Barcelona team, this expansion also meant a change in pace. After the intense 24-hour pilot, the association decided to slow down to develop the community and social aspects of the project. The association partnered with “Colectic,” a local cooperative involved in participatory actions focused on the use of new technologies. Colectic proposed forming a group of young locals to use video as a research tool, interviewing neighborhood residents to bring to light the issues that matter to them.
**Collaborating to envision the future murals and honoring history**
This first phase of the project was designed to feed into the second: the creation of thematic murals on ten iconic shutters in the neighborhood. The local merchants’ association then hosted residents and artists to analyze the recorded videos together and refine the sketches of the upcoming murals. The ten selected artists from the local scene took on the suggested topics, showcasing a wide variety of styles. Tropidelia, for instance, envisioned a collage workshop with local children to depict a mosaic vision of the neighborhood’s identity, while Kamil Escruela created a childlike mural for the “El Millenari” center, which offers daily activities for Raval’s seniors.
Other shutters reflect the legacy of the neighborhood’s last sailor bars, the experience of feminism in the Raval, and the multiculturalism and sense of community that give this area its unique strength. There’s also a tribute to the historic workers’ movement at the “three chimneys” site, which, in 1919, achieved the first-ever eight-hour workday. These proposals, created in dialogue with the residents, echo the broader theme articulated in the call for projects launched by Street Art Barcelona for the third phase of RavaleArt: “Global Justice.”
As a result of this call, no fewer than 35 artists came from Madrid, Valencia, Seville, and even across the Pyrenees to paint the shutters, interpreting the central theme with great freedom. Some even brought friends. On June 28, the inauguration day, everyone gathered around a communal paella, accompanied by DJs from the new hip-hop bar in the neighborhood, The Station. Neighbors and art lovers alike came in large numbers to watch the artists paint live during this festival-like day. They left delighted, not only by the aesthetic quality of the murals but also by their reflection of the human richness of the neighborhood, without hiding the less-than-rosy realities it faces. Proof of its success, even among local graffiti artists: two months later, the murals remained untouched.
**Shifting perspectives without obscuring reality**
Raval is, indeed, home to the densest network of associations in Barcelona, but it’s also a historic port neighborhood with a notorious reputation. This negative image, which extends far beyond the Raval’s streets, contributes to a sense of stigmatization experienced by some residents. While some areas have long been popular among tourists and locals for their vibrant nightlife, the impoverishment of the southern part of the neighborhood leaves room for various illicit activities. One of the strong demands from locals at the beginning of the project was to transform the area nicknamed “The Triangle of Misery,” located near the neighborhood’s supervised injection site. A ground mural was created to mark this triangle, giving it an anamorphic perspective, with geometric shapes that shift depending on the viewing angle.
Of course, a bit of paint won’t solve the social problems and neglect the neighborhood faces, but it’s a small step toward restoring color and visibility to local demands. It also creates new points of interest in the city, drawing the attention of curious onlookers and opening up new pathways. While Street Art Barcelona offers customized guided tours, they are no longer the only ones doing so. Traditional tours have recently adjusted their routes slightly to include some of the standout pieces. Public authorities are aware of this: street art’s power to transform has all the makings of a Trojan horse, contributing to the gentrification of the most impoverished areas. As a result, to ensure that Raval doesn’t become another Wynwood in Miami, the next edition of RavaleArt will continue to build its projects in collaboration with the neighborhood, without losing sight of what makes this area so uniquely special.
Flora Beillouin
FR
Ravaleart : peindre pour créer de nouvelles synergies
De juin à juillet 2024, treet Art Barcelona organisait durant trois semaines la première édition de son événement RavaleArt. Un projet socio-culturel d’envergure pour redonner des couleurs et du sens aux persiennes fermées qui parsèment les ruelles du Raval.
L’histoire commence en 2023, quand Morcky, un artiste proche de Street Art Barcelona, lance l’idée d’organiser une journée entre potes pour repeindre les persiennes métalliques de la rue Santa Madrona, l’une des plus paupérisées du Raval. L’initiative arrive assez vite aux oreilles de l’équipe de l’association, qui propose son support et suggère à Morcky de demander l’autorisation à la mairie plutôt que de faire ça en sauvage. Après tout, l’artiste a déjà l’accord des voisins, qui voient plutôt d’un bon oeil la perspective d’un rafraîchissement. Devant l’enthousiasme général, la mairie se plie à la requête et la journée se déroule à merveille, favorisant les interactions entre riverains et artistes.
Devant l’ampleur du succès de cette initiative populaire, l’idée naît alors de réitérer l’expérience, à l’échelle du quartier cette fois. Pour l’équipe de Street Art Barcelona, ce changement d’échelle implique aussi un changement de rythme. Après ce pilote intensif en 24h, l’association décide de lever le pied pour développer l’axe communautaire et social du projet. L’association s’associe pour l’occasion à « Colectic », une coopérative du quartier engagée dans des actions participatives autour de l’usage des nouvelles technologies. Celle-ci propose de former un groupe de jeunes du quartier à la vidéo comme outil d’enquête, pour aller à la rencontre d’habitant·es du quartier et faire émerger, au fil d’entretiens les sujets qui les intéressent.
Penser ensemble les fresques à venir et rendre hommage à l’histoire
Cette première étape du projet est pensée pour nourrir la deuxième : la réalisation de fresques thématiques sur dix persiennes emblématiques du quartier. L’association des commerçants du coin accueille alors voisin·es et artistes pour analyser ensemble les vidéos réalisées et affiner les croquis des fresques à venir. Les dix artistes choisis parmi a scène locale s’emparent des sujets proposés avec une grande diversité de styles. Tropidelia imagine un atelier autour du collage avec les enfants du quartier pour esquisser une vision mosaïque de l’identité du quartier, Kamil Escruela réalise une fresque enfantine sur le centre « El Millenari » qui accueille chaque jour les seniors du Raval pour leur proposer des activités.
Sur d’autres persiennes, il est aussi question de l’héritage des derniers bars de marins du quartier, du féminisme tel qu’il se vit dans le Raval, du multiculturalisme et du vivre-ensemble qui font la force de ce territoire si particulier, sans oublier l’hommage rendu à la lutte ouvrière historique du site des trois cheminées, qui permit en 1919 d’obtenir – première mondiale – la journée de travail de huit heures. Ces propositions en dialogue avec les habitants font écho à la thématique plus large formulée dans l’appel à projets lancé par Street Art Barcelona pour la troisième phase du projet RavaleArt : « Justice globale ».
À l’issue de cet appel, ce ne sont pas moins de 35 artistes, venu·es de Madrid, Valence, Séville et même de l’autre côté des Pyrénées qui sont venus peindre les persiennes en interprétant ce leitmotiv avec une grande liberté. Certain·es ont même ramené des potes. Le 28 juin, jour de l’inauguration, tout le monde s’est rassemblé autour d’une paella communautaire, au son passé par les DJ du nouveau bar hip-hop du quartier, The Station. Les voisin·es et amateur·ices d’art se sont mêlé·es en nombre pour venir voir les artistes peindre en direct lors de cette journée aux allures de festival improvisé. Ils et elles sont reparti·es enchanté·es de la qualité des fresques, pas seulement sur le plan esthétique, mais aussi parce qu’elles disent quelque chose de la richesse humaine du quartier, sans occulter les réalités pas toujours roses qui le traversent. Belle preuve de ce succès d’estime, même auprès des graffeurs de la zone : deux mois après, les fresques sont toujours intactes.
Déplacer le regard sans occulter la réalité
Le Raval, c’est en effet le tissu associatif le plus dense de Barcelone, mais aussi un quartier portuaire historique à la réputation sulfureuse. Cette image négative, qui s’étend bien au-delà des ruelles du Raval, contribue à la sensation de stigmatisation vécue par certain·es habitant·es. Et si certaines zones sont prisées depuis des années par les touristes et les barcelonais·es pour leur vie nocturne intense, la paupérisation de la partie sud du quartier laisse le champ libre aux trafics en tous genres. L’une des revendications fortes portées par les voisin·es au début du projet était notamment de transformer la place surnommée « Le triangle de la misère », à deux pas de la salle de shoot du quartier. C’est une fresque au sol qui a donc matérialisé ce triangle pour lui donner une perspective anamorphique, où les formes géométriques évoluent selon l’angle de vue.
Évidemment, ce n’est pas avec un peu de peinture qu’on règlera les problèmes sociaux et l’abandon dont souffre le quartier, mais c’est une petite pierre à l’édifice pour redonner des couleurs et de la visibilité aux revendications populaires. Cela crée aussi des points d’intérêt dans la ville pour les regards curieux, ouvrant de nouvelles circulations. Mais si Street Art Barcelona propose des visites guidées sur mesure, l’association n’est déjà plus la seule sur le coup. Les visites guidées classiques, depuis peu, ont légèrement infléchi leur itinéraire pour ne pas passer à côté de certaines pièces maîtresses. Or les pouvoirs publics le savent : le pouvoir de transformation du street art a tout d’un cheval de Troie pour contribuer à gentrifier les zones les plus paupérisées. Alors, comme il n’est pas question que le Raval devienne le nouveau quartier de Wynwood à Miami, la prochaine édition de RavaleArt continuera à bâtir ses projets en lien avec le voisinage et sans perdre de vue ce qui fait l’essence si particulière du quartier.
Flora Beillouin
Photos by Laura Colome & Fernando Alcala Losa